Desde Biznegra, denunciamos la responsabilidad de los Estados en la masacre de, al menos, 37 personas el pasado viernes 24-J en la frontera de Melilla perpetrada de manera conjunta por las fuerzas de in-seguridad del estado español y marroquí. El racismo institucional y estructural se muestra brutalmente de esta forma. La violencia, la muerte, la persecución y la criminalización del derecho de migrar y de buscar refugio de personas negras y africanas, por el hecho de ser negras. El respaldo de las instituciones de España y Europa de las políticas de muerte migratorias para los países del sur. Parte del gobierno felicita y promociona estas prácticas y políticas, la otra mira hacia otro lado. Marruecos es cómplice de esto y debe ser señalado como agente colaborador en la externalización de las fronteras. La inacción de la Unión Africana ante la negrofobia de las políticas de Marruecos, así como el ataque a otros pueblos, como el Saharaui.
Nos genera profunda rabia, asco y miedo. La capacidad de distorsionar el discurso y poner la responsabilidad en “mafias”, mientras es inescapable la verdad: 37 personas han sido asesinadas por la policía, 37 personas con nombres y apellidos, familias e historias que no se conocen porque se niega la investigación, el esclarecimiento y la responsabilidad de este crimen. Se están violando gravemente los derechos humanos de personas en territorio español y el gobierno está mirando hacia otro lado. Cuerpos que están siendo escondidos y enterrados sin cumplir con ninguna garantía de autopsia e identificación. Esto recuerda a prácticas de una organización criminal que pretende hacernos ver que no ha pasado nada, que no hay culpables, que simplemente es “la tragedia de la inmigración”.
Exigimos verdad, justicia y reparación. Exigimos investigaciones independientes de los asesinatos, exigimos la identificación y el conteo de todas las personas asesinadas, exigimos no más impunidad y responsabilidad penal a los autores intelectuales y a los súbditos ejecutores.
Desde la rabia y el dolor, nunca más nuestras voces serán silenciadas.
¡Las vidas negras importan!
